Manuel Chaparro, docente de la Universidad de Complutense de Madrid y de la Universidad de Málaga, comenzó su ponencia planteando la dificultad de acercar el academicismo y la práctica, algo que se traslada también al campo de la comunicación.
Manuel Chaparro |
A partir de su proyecto EMARTV, puntualizó en la importancia de reforzar lazos sociales a través de la comunicación popular, como también en la gestión y la formación de la identidad cultural de una región.
EMA RTV es una red conformada por 106 emisoras pertenecientes a la región de Andalucía que trabajan de forma conjunta con el objetivo de producir información diaria, en donde lo local adquiera un peso importante, buscando así el impacto regional de la red, estableciendo una agenda informativa adecuada a la comunidad. Con respecto al sustento económico, explicó que cada emisora tiene su presupuesto aportado por los fondos municipales. También hay una búsqueda de proyectos de financiamiento público a partir de los cuales generar programas con otras instancias interesadas en la red. El resultado, explica el docente, es la elaboración de una información local de calidad que pretende dinamizar a la sociedad civil para concientizar sobre la realidad de comunidad.
“Lo local es un valor”, dice Chaparro y debe ser aprovechado por los medios de comunicación alternativos y comunitarios.
Desestimando las ideas referidas a la crisis económica, crisis alimentaria, etc., plantea que lo existe es una crisis de valores y es allí donde el comunicador encuentra su campo de trabajo. “Cuando uno hace una radio comunitaria, crea un proyecto político”. Narrar una realidad para que se pueda intervenir sobre ella.
De esta manera, recorriendo algunos conceptos contemporáneos tales como “sociedad de valores”, “crisis económica”, “crisis alimentaria”, etc. Así, llegó hasta la noción de “comunicación para el desarrollo”, cuestionando fuertemente el concepto de “desarrollo” importado desde las potencias económicas mundiales.
Profundizando en los principales ejes de las tesis difusionistas de la década del 30 y del 50, Chaparro indicó que la idea de un mundo desarrollado y otro subdesarrollado fue un elemento que sirvió para explotación al resto del mundo por parte de los países del llamado “Primer Mundo” y difundido por los medios de comunicación. De esta manera, comenzó a adoptarse esta noción de “la comunicación para el desarrollo”: había que exportar desarrollo en función de sus intereses geoestratégicos. El uso de los medios de comunicación para imponer un modelo y sostenerlo.
A través de un recorrido histórico, enumeró algunos pensadores del ámbito de la comunicación que propusieron definiciones de comunicación más vinculadas a la democracia, a la horizontalidad, la reciprocidad, la igualdad, el diálogo. Luis Ramiro Beltrán, Antonio Pasquali, Paulo Freire y la educación para la libertad; Arturo Escobar y su propuesta del desarrollo con equidad o desarrollo socialista; Jesus Martin Barbero; y Mario Kaplún fueron algunos de los autores que Manuel Chaparro citó para construir un nuevo concepto de comunicación, dando cuenta de que los mal llamados medios de comunicación sólo informan, difunden o divulgan, pero no “comunican” en un sentido recíproco.
Manuel Chaparro explicó la necesidad de comprender la comunicación como algo antagónico al desarrollo, y destacó algunas experiencias de comunicación popular latinoamericanas surgidas frente a tanta desigualdad, como el caso de las radios mineras en Bolivia organizadas por campesinos para satisfacer sus necesidades educativas, sociales y culturales.
Entendiendo que el origen de la contradicción entre comunicación y desarrollo reside en la misma lógica del sistema capitalista, retoma a las ideas de Dag Hammarskjöld, quien apuesta por modificar los modelos de consumo y producción en los países insdustriales; propone el fin de la primacía económica por las consecuencias ecológicas; y habla de la necesidad de olvidarnos del principio de la obsolecencia: todo es obsoleto y tiene fecha de vencimiento.
Así, Manuel Chaparro plantea que hay que pensar que vivir bien no es vivir mejor. Hay que pensar en un modelo que nos permita vivir bien sin explotar a otros y extraerles sus potencialidades, sus materias primas, y su inteligencia. El vivir mejor implica un consumo innecesario.
Desde el campo de la comunicación, tenemos la oportunidad de comenzar abrir este nuevo imaginario, incentivar modos de vida más respetuosos, contribuyendo a la modificación de los hábitos de consumo. Todo gesto de consumo debe ser biodegradable, todo modo de producción debe devolver a la tierra lo que obtiene de ella, según Michael Braungart y William Mc Donough.
Manuel Chaparro concluye que la clave es rediseñar la forma en que pensamos las cosas, considerando que los derechos del hombre van de la mano con los derechos de la tierra.
Mientras los medios de comunicación defienden modelos que no pueden seguir manteniéndose, y divulgan conceptos como desarrollo sostenible, desarrollo local, los medios comunitarios tienen una función liberadora: trasmitir un modelo económico ecológico y equitativo.
El docente español finalizó su ponencia haciendo hincapié en el poder de la palabra y en la construcción del sentido: “Nombrar mal las cosas significa aumentar las desgracias del mundo”, según Albert Camus.
Descargar Audios
Radio y Desarrollo
Comunicación y Desarrollo I
Comunicación y Desarrollo II
Comunicación y Desarrollo III
Critica al desarrollo
Diccionario para repensar las cosas
Pereza al Trabajo con música
Descargar Material de Apoyo
Descargar Audios
Radio y Desarrollo
Comunicación y Desarrollo I
Comunicación y Desarrollo II
Comunicación y Desarrollo III
Critica al desarrollo
Diccionario para repensar las cosas
Pereza al Trabajo con música
Descargar Material de Apoyo
No hay comentarios:
Publicar un comentario